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LW1EAA > TODOS    09.02.19 18:17l 86 Lines 29960 Bytes #999 (0) @ LUAX25
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Subj: La Antena Sigmatica...
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El enigma de la antena sigm tica...
(2003) - (Ultima actualizaci¢n -cosm‚tica- 2014-07-04)
Por Miguel R. Ghezzi (LU 6ETJ)
www.host-argentina.com.ar/lu6etj
Hace unos d¡as me llam¢ un viejo amigo y colega de radio para pedirme que escribiera algo acerca de la famosa antena sigm tica. El hab¡a estado discutiendo algo apasionadamente con otro colega sobre el asunto. Contaba con que yo compartiera sus opiniones al respecto, m xime teniendo en cuenta que hace alg£n tiempo la construy¢ con cierto ‚xito. Pero es obligaci¢n de un buen amigo ser leal con la verdad as¡ que esperando me comprenda y me siga queriendo como lo quiero a ‚l aqu¡ va algo sobre el viejo mito.
En taitantos a¤os de radio, es natural o¡r hablar de vez en cuando de viejas leyendas que recorren el ‚ter y yo me top‚ con la sigm tica hace tiempo quedando atrapado por ese nuevo misterio, no de la talla del "Experimento Filadelfia" pero si con la entidad necesaria para que especialistas como nosotros le demos un merecido lugar a lado de sus mayores.
Tambi‚n me dio la oportunidad de aggiornar un viejo escrito que hab¡a hecho para los boletines de packet radio que atraves¢ el ‚ter sin pena ni gloria hace mucho. Espero les guste...
Como es mi costumbre me gustar¡a dedicar este a don Juan Domingo Batipalla, LU3AGI, quien no afloja en su amoroso esfuerzo por mostrar a sus j¢venes alumnos este maravilloso mundo de la radio.
Mirando los rabanitos de abajo...
La sigm tica vive por as¡ decirlo a algunos palmos bajo tierra, de all¡ que alg£n ignoto, ingenioso y por dem s irreverente humorista se le ocurriera llamarla "la difunta Correa" en alusi¢n a nuestra conocida santa y si usted est  tentado a pensar que simplemente se trata de una antena para esconder de la Gestapo y operar clandestinamente en su leg¡timo aunque peligroso oficio de esp¡a est  totalmente equivocado; la sigm tica reclama para si, de pleno derecho, un lugar en la historia de la radio y la propagaci¢n, porque la antena sigm tica no es simplemente una antena enterrada para ocultar de los ojos del gobierno o los vecinos sino que es una antena que reclama para si una diferente y nada convencional forma de propagaci¢n.
En efecto, parece que la enigm tica antena para nada utiliza el ‚ter com£n y corriente y seg£n sostienen muchos de sus entusiastas las se¤ales se propagar¡an por medio de la materia s¢lida que constituye nuestro viejo y querido mundo, m s a£n, seg£n algunas versiones m s atrevidas las se¤ales viajar¡an hasta las cercan¡as del centro de la Tierra y ser¡an reflejadas por el hirviente n£cleo met lico con lo cual se producir¡an reflejos semejantes a los que produce nuestra vieja Kennelly-Heaviside en el cielo. En todo caso estas son las teor¡as m s conservadoras pues tambi‚n se postula que en el interior de nuestro planeta -que estar¡a hueco- hay un peque¤o Sol y una ionosfera en miniatura responsables en parte de los fen¢menos asociados. 
La l¢gica no sirve...
Tanto los detractores como los defensores de la sigm tica emplean buena parte de su artiller¡a l¢gica para combatir a los oponentes y afiliar a sus huestes a indecisos o reci‚n arribados novicios. Un di logo de club -imaginario- podr¡a ser m s o menos as¡:
Sigm tico: -Mir  Contrera, vos dec¡s que no, pero yo conozco un colega que construy¢ la antena y me dijo que le anduvo muy bien y que es muy silenciosa pero que realmente camina mejor cuando el corresponsal tiene otra similar. -¨Vos probaste una para decir que no anda?-
Contrera: -No hace falta probar, es obvio que si funcionara hace rato que se estar¡a usando y yo no veo que nadie la use.-
Sigm tico: -Una posibilidad es que se la est‚ manteniendo en secreto, yo escuch‚ que la tienen los norteamericanos para el caso de guerra at¢mica, igual que no quieren decir nada de lo que pas¢ con el experimento Filadelfia. Otra es que no se hayan avivado porque es un invento nuestro y no le dan bolilla.-
Contrera: -­No digas macanas! el otro d¡a v¡ en el Discovery unos cient¡ficos que enterraron un enorme tacho con agua como a cuatrocientos metros de profundidad para encontrar neutrinos, ¨me vas a decir que esos tipos no se dieron cuenta que se puede comunicar usando la difunta?-
Sigm tico: -¨Y porque no?, ¨acaso ellos no dec¡an que los objetos m s pesados que el aire no pod¡an volar? Los tipos tambi‚n se equivocan; como dec¡a Yespir: Hay m s cosas entre el cielo y la tierra que las que nosotros vemos. Yo le¡ en un libro que la Tierra est  hueca, te digo que el tipo que lo escribi¢ sabe mucho y que trabaj¢ en la NASA y que adentro hay como un Sol en miniatura, ¨qui‚n te dice que ah¡ no hay tambi‚n una ion¢sfera que hace que las ondas se reflejen como en las de arriba?, ¨eh?-
Contrera: -­Y eso que tiene que ver...! vos dec¡as el otro d¡a que las ondas iban hasta el centro de la tierra y se reflejaban en el n£cleo de hierro, yo tengo un amigo que es arque¢logo o algo as¡ y dice que no es cierto eso de que la Tierra est‚ hueca y que ya lo midieron y que es como nos ense¤aron en el cole.-
Sigm tico: -Si, ­yo ya se que ellos dicen eso!, pero vos sab‚s que nadie pudo ir tan adentro para verlo como en la novela de Verne y si no lo vieron ¨c¢mo pueden estar tan seguros?, el que escribi¢ el libro dice que tiene pruebas y yo le creo porque el coso estudi¢ mucho ese asunto y lo escribi¢ para deschavarlo.-
Contrera: -Claro, entonces todos los dem s cient¡ficos est n equivocados y ese es el £nico que tiene raz¢n... A mi me parece que lo que est  hueca es la cabeza del tipo que escribi¢ el libro.-
Sigm tico: -Bueno, pero yo pienso que es cuesti¢n de opiniones, y estamos en democracia y hay que respetar todas las opiniones, vos ten‚s la tuya y yo la m¡a, ­y vos no leiste el libro as¡ que no pod‚s opinar...!
Contrera: -Ta bien, pero lo que dec¡s no tiene nada que ver porque est bamos hablando, vos sos el que metiste lo de la tierra hueca en la discusi¢n.-
Sigm tico: -­Claro que tiene que ver!, ¨no te estoy diciendo que hay una teor¡a que dice que hay como una ion¢sfera all  abajo?, pero igual yo no digo que sea as¡, yo te digo lo que me dijo mi amigo, o sea, que la antena anda, que no tiene nada de est ticos y que las ondas no se propagan por el aire sino por la tierra porque en la tierra hay unos silicatos de no se qu‚, que hacen de conductores de las ondas y mi amigo sabe porque ‚l la experiment¢, adem s lo ley¢ en una revista que voy a ver si consigo as¡ te la hago llegar y me cre‚s.-
(Si esta conversaci¢n se estuviera llevando a cabo por radio es seguro que a esta altura se escuchar¡an debajo todo tipo de comentarios inoportunos e impertinentes. Incomprensi¢n funcional que pone en marcha "la Popu" ante cosas que no entiende pero sospecha que los que participan del QSO tampoco...)
Y es as¡ nom s... nuestros amigos podr¡an pasarse horas tratando de encontrar la verdad empleando este m‚todo sin arribar a un acuerdo. De hecho no fueron los primeros en tratar de averiguar la verdad de las cosas empleando "la l¢gica", no pocas guerras nacieron de esta viciosa pr ctica de pretender entender todo usando nada m s que la cabeza.
Contrera podr¡a haberle dicho a Sigm tico por ejemplo, que no hace falta ir hasta el centro de la Tierra para "ver" que no est  hueco igual que no es necesario introducirse en el £tero de una se¤ora para saber si el futuro homo sapiens ser  nene o nena, porque igual se "ve" con un ec¢grafo, tampoco es necesario hoy en d¡a abrir la cabeza de alguien para escudri¤ar el interior de su geograf¡a cerebral porque basta con un aparato de Tomograf¡a Axial Computada.
Nuestra mente no percibe el mundo directamente sino por intermedio de sensores que le comunican impresiones acerca del ambiente y el hecho que esos sensores sean los ojos, o¡dos o nariz y no un radar, microscopio, ec¢grafo o sism¢grafo habla m s de la taca¤er¡a divina a la hora de prodigar perillas que de una mayor precisi¢n de los primeros sobre los segundos...
Pero esto no conformar  a Sigm tico quien seguramente afirmar  que la "posibilidad" siempre existe y no vacilar  ni un nanosegundo en invertir la carga de la prueba esperando que su pertinaz opositor le demuestre fehacientemente que est  equivocado. En vano se desgastar  el pobre tratando de demostrar a los oyentes que si bien un centauro es un bicho "posible" eso no significa que sea "probable" y mucho menos que por eso realmente exista. Es in£til, ya lo pillaron primero con eso de demostrar que las brujas no vuelan en escobas. ­Poroto en contra...!
Por eso el m‚todo cient¡fico produjo tan formidable avance en el conocimiento de las cosas del mundo haciendo posible la maravillosa tecnolog¡a actual. Mientras los hombres intentaron entender las cosas discutiendo "razones" como nuestros amigos imaginarios, permanecieron estancados en discusiones quiz s mucho m s inteligentes que la que acabamos de inventar, pero no por eso menos est‚riles.
La moderna ciencia nace de la intuici¢n genial de don Isaac (me refiero a Newton) quien decidi¢ que m s importante que saber los porqu‚ era saber los c¢mo y ello, unido a que gracias a don Ren‚ (Descartes) ya nos hab¡amos sacado de encima aquello de que si lo afirmaba Arist¢teles no se pod¡a discutir y si no lo sosten¡a no se pod¡a asegurar; el camino para el avance ya estaba bien pavimentado (Arist¢teles fue algo as¡ como el autor de un gran Handbook de la antigüedad...)
La madre tierra...
Hay quienes creen que la Tierra tiene vida y poderes, nuestra gente la llama la Pacha Mama, los inscriptos en la corriente New Age, Gaia. Sabemos de muchos rituales tel£ricos que desde la m s remota antigüedad rinden culto a esa gran madre dadora de vida. Pero quiz s abusando de sus capacidades nosotros los radioaficionados le hemos asignado nuevas responsabilidades, entre ellas la de absorber casi todos los males radioel‚ctricos habidos y por haber...
No satisfechos con atiborrar a nuestra compasiva y amorosa madre con todo tipo de porquer¡as y detritos materiales, tambi‚n esperamos que ella disponga de nuestras miasmas radiofrecuentes sin protestar. Nosotros esperamos que con alguna extra¤a especie de gusanos el‚ctricos procese y disponga adecuadamente de zumbidos, ruidos, radiofrecuencias que vuelven de la antena, rayos y centellas, espurias, arm¢nicas, est ticos, malas ondas y mal humor; en fin, todo lo et‚reo que nos disgusta o importuna. Algunos tan irreverentes que a menudo confunden la Tierra con "la tierra" haciendo responsable de la divina cura a esa sustancia marr¢n que se emplea en las macetas y que se llama igual, por eso no falta alg£n desprevenido que conecta una "toma de tierra" a la pobre plantita (por supuesto nadie que haya hecho el curso en el RC, es sabido).
Ser  tal vez por eso que a muchos le resulte tan inexplicable e inaceptable que con "esa antena", las ondas puedan viajar impunemente por sus entra¤as sin m s ni m s, ¨c¢mo es posible que esa tierra sagrada que todo lo absorbe justamente no lo haga con lo que emite nuestra subterr nea antenita? ¨No es acaso una contradicci¢n en los t‚rminos?. ¨Se tratar  de un pacto de damas del cual no est bamos anoticiados? No se...
Un t¡mido intento de explicaci¢n...
Dados los antecedentes no me animo a enfrentar esas fuerzas, un gran respeto, por no decir temor, por no decir "julepe", de meterme con cosas que no comprendo me inhiben de ofender a estas dru¡dicas antenas de dolm‚nicos or¡genes que quiz s hayan dejado entre nosotros Los Antiguos, aquellos due¤os del mundo que mentara Lovecraft. Por eso, sin firmar nada de lo que aqu¡ escriba, voy a referirme a algunos temas que explicaban viejos profesores de la UTN en sucesivas f¡sicas, secuenciadas ellas con majestuosos n£meros romanos.
La tierra est  compuesta por materia. Puede ser s¢lida, liquida, gaseosa, consistir de mezclas diversas entre ellas y as¡ sucesivamente. Sabemos que abunda en minerales aunque tambi‚n contiene elementos org nicos. Sales, ¢xidos y diversos compuestos qu¡micos conocidos se dan cita en una muestra t¡pica de cualquier suelo, por lo tanto comprendemos que si una onda electromagn‚tica ha de propagarse por el interior de nuestra corteza lo estar  haciendo ya sea atravesando o bien empleando como medio estos materiales, que no es precisamente lo mismo...
Sabemos que el campo electromagn‚tico a diferencia de las ondas sonora no precisa de ning£n medio material para propagarse pero es posible concebir un proceso de propagaci¢n mediante el cual la energ¡a electromagn‚tica se almacene provisoriamente en alguna parte para luego ser irradiada nuevamente; un mecanismo similar al de una antena con elementos par sitos donde estos reciben el campo electromagn‚tico del elemento excitado, lo convierten en una corriente el‚ctrica en el conductor y este a su vez genera un nuevo campo electromagn‚tico. La mism¡sima ionosfera funciona as¡
Nosotros estamos acostumbrados a pensar en t‚rminos de ondas que se propagan por el espacio al que consideramos vac¡o o por el aire que no es muy diferente del vac¡o en sus propiedades electromagn‚ticas. Pero cu ntas veces nos hemos preguntado por ejemplo: ¨Se propagan las ondas electromagn‚ticas dentro de un conductor? ¨una se¤al radioel‚ctrica de la banda de ochenta metros podr¡a viajar por el interior de un gigantesco trozo de cobre? ¨Qu‚ sucede si el medio es un diel‚ctrico s¢lido o l¡quido semiaislador? ¨ser  lo mismo un diel‚ctrico que el vac¡o? De c¢mo se respondan estas preguntas surgir  alguna luz acerca del misterioso modo sigm tico, porque a menos que sea de naturaleza parasicol¢gica creemos deber  obedecer las leyes de la electrodin mica.
Tal vez habremos o¡do alguna vez que los submarinos cuando se encuentran debajo del agua no pueden comunicar normalmente mediante equipos normales de radio (lo hacen marginalmente en las SLF) y por ello deben arriesgarse a delatar su posici¢n haciendo subir a la superficie una boya con antena. Tambi‚n sabemos que los hombres rana no emplean dispositivos radioel‚ctricos para comunicarse entre si; eso nos hace sospechar que debe haber alguna diferencia importante entre el vac¡o (o el aire) y s¢lidos o l¡quidos; no estaremos muy equivocados pues surgen serias dificultades a la hora de propagar ondas de radio en ciertos s¢lidos y l¡quidos.
Tambi‚n sabemos que el estado s¢lido compone la inmensa mayor¡a de los circuitos electr¢nicos actuales por lo que podemos suponer que las particularidades el‚ctricas de ese estado que incluye a los conductores, aisladores y semiconductores modernos ha siso objeto de mucho estudio durante el siglo XX, as¡, es probable que f¡sicos e ingenieros de todo el mundo tengan una idea muy precisa acerca de sus cualidades. Tambi‚n seguramente hemos o¡do que los f¡sicos para comprender la naturaleza ¡ntima de la materia la han bombardeado y escudri¤ado con todo tipo de formas de energ¡a y part¡culas (que es casi lo mismo), desde sonidos de alta frecuencia hasta enormes campos magn‚ticos, formidables campos el‚ctricos, ondas de todo tipo, rayos X, rayos gamma, chorros de electrones, protones, neutrones y dem s part¡culas de alta energ¡a. Gracias a ello hoy tenemos maravillosos instrumentos que ayudan a curar enfermedades, como el Tom¢grafo Axial Computado, la C mara Gamma, los sistemas de resonancia magn‚tica nuclear, la ecograf¡a. Y, aunque constituya un argumento de autoridad, tengo la intenci¢n que el lector no especializado reciba una sensaci¢n que le refuerce la idea de que los t‚cnicos y hombres ciencia son muy meticulosos y obsesivos a la hora de investigar las posibilidades de aquellas cosas a las que les pueden sacar un m¡nimo de provecho, si as¡ no fuera no emplear¡amos ­hasta la antimateria! para fotografiar un coraz¢n...
¨Qui‚n podr¡a suponer pensar  usted querido y no polarizado lector, que esos hombres que estudiaron el estado s¢lido con tanto ah¡nco durante los £ltimos trescientos a¤os no hayan aprendido los aspectos b sicos acerca de sus propiedades? Usted sabe que don Jaime (Maxwell) predijo la existencia de las ondas electromagn‚ticas hace casi ciento cincuenta a¤os y que desde entonces todos -absolutamente todos- han estado trabajando sobre ellas, tanto en el mundo macrosc¢pico de nuestra radio normal como en el ultramicrosc¢pico del  tomo; que ya en los treintas De Broglie imagin¢ al electr¢n como una onda estacionaria y que hoy se entiende que toda la materia est  ligada a nivel at¢mico y molecular por la energ¡a electromagn‚tica siendo el electromagnetismo una de las fuerzas fundamentales de la naturaleza.
Eso quiere decir que sabemos mucho sobre las ondas electromagn‚ticas, mucho, pero mucho, mucho, no "muchito" ­Much¡simo!. No todo, pero bastante m s de lo que un radioaficionado algo ingenuo imagina (y en esto hasta los ingenieros son apenas principiantes).
Por eso es necesario comprender que lo que Uno ignora no significa que la ciencia (es decir otros) lo ignoren. De la mayor parte de las cosas que constituyen el conocimiento adquirido durante los £ltimos cincuenta a¤os probablemente ni hemos siquiera o¡do hablar (y si lo o¡mos apueste a que no lo comprendimos muy bien).
A menudo nos sentimos tentados a juzgar intuitiva y superficialmente los resultados obtenidos por hombres que dedicaron toda una vida a alg£n conocimiento particular. Esto es muy atrevido, cuando no una verdadera tonter¡a...
Y puesto que los hombres aprendieron mucho sobre aquello que pomposamente llaman "electrodin mica cl sica" es que se puede hablar sobre "la sigm tica", tampoco har  falta que usted sea un consumado f¡sico para alcanzar a advertir las contradicciones que esta enigm tica antena de fantas¡a trae junto con sus maravillas.
Aisladores, semiaisladores, diel‚ctricos, comproooo se¤oraaaa...
¨Intent¢ alguna vez enviar la potencia de salida de su equipo de VHF a una Ringuito?, seguro que si; y seguramente de entrada le dijeron: -­nada de RG-58, viejo, no menos que un 213!-. All¡ averigu¢ r pidamente que a una buena l¡nea de transmisi¢n hay que pagarla cara, por eso cuando de transportar energ¡a electromagn‚tica por algo que no sea aire o vac¡o hay que apostar fuerte. ¨Por qu‚?, porque los diel‚ctricos y los conductores tienen p‚rdidas, h¢rrida palabra asociada a malas ondas, se¤ales pobres y dem s agorer¡as. Si tomamos conciencia que para llegar en VHF a un extremo de un cable tipo RG-213 de solo 2000 m de longitud, con una se¤al de 0,2 microvolt sobre una carga de 50 ohms har¡an falta ­cerca de 1 000 000 de watts en la otra punta! podemos darnos idea de lo bravo que es este asunto de la absorci¢n de energ¡a, ­a£n en los buenos materiales...!
Entonces preguntamos nuevamente ¨de qu‚ se compone la tierra?, esa tierra que pisamos todos los d¡as y que supuestamente se encargar  de propagar las ondas electromagn‚ticas. ¨De un material aislador, de un conductor, de ambos?, si es as¡, ¨tendr n asociadas p‚rdidas? ¨Ser n ellas menores o mayores que las correspondientes al polietileno y el cobre del coaxil del mill¢n de watts?
Estas preguntas van orientando las ideas en la direcci¢n que nos interesa porque comenzamos a observar que las ondas estar n propag ndose por (o empleando) un medio presuntamente afectado de p‚rdidas quiz s importantes. Cuando pensamos en que los materiales constituyentes del suelo no son ni aisladores ni conductores perfectos ya estamos tentados a suponer que dif¡cilmente podr n las ondas moverse por tal medio sin calentar esas resistencias y diel‚ctricos, perdiendo energ¡a a medida que fr¡en lombrices en su camino, porque si al acercar la mano a la antena de un potente equipo sentimos que ella se calienta nos damos cuenta que ese calor que eleva la temperatura de la mano se obtiene de la energ¡a del campo que ella transduce. En los textos de electrodin mica est n las experiencias y teor¡a acerca de la propagaci¢n en medios absorbentes.
Si la se¤al emplea al medio como un conductor para propagarse estar¡amos en la situaci¢n del cable mencionado: los conductores y aisladores forman parte activa del proceso mediante las corrientes de conducci¢n y desplazamiento, por lo tanto la se¤al estar  sujeta a p‚rdidas diel‚ctricas y resistivas como en las l¡neas de trasmisi¢n, y si en lugar de "emplearlo" al s¢lido, lo "atravesara", deberemos entonces justificar que ese s¢lido sea "transparente" a la energ¡a electromagn‚tica, es decir que esa energ¡a electromagn‚tica al atravesarlo, ­perdiera de pronto su capacidad de interactuar con la materia! y que de alg£n modo todos los minerales y semiaisladores constituyentes de la masa terrestre ya no pudieran inducir corrientes. ­Que la Ley de Faraday se derrumbe y deje de ser cierto que sobre un conductor en un campo magn‚tico variable se induce una corriente!, ­que los iones y dem s part¡culas cargadas dejen de vibrar en presencia de los campos el‚ctricos transformando energ¡a electromagn‚tica en cin‚tica!, y as¡ sucesivamente...
Porque lograr que la materia s¢lida de la tierra no interact£e con las ondas electromagn‚ticas significa suspender las leyes de la f¡sica, algo as¡ como un milagro, porque es justamente esa "opacidad" de la materia al campo electromagn‚tico la que hace posible el funcionamiento de la radio. Estar¡amos como en el caso del hombre invisible ­si es invisible tiene que ser ciego! porque una retina transparente ­no interact£a con la luz...!
Pero ¨habr  alguna forma de transportar energ¡a electromagn‚tica por esos materiales sin los efectos indeseables?
Un campo electromagn‚tico est  compuesto como su nombre lo indica por dos constituyentes: un campo el‚ctrico y un campo magn‚tico; podr¡amos tentarnos a pensar que ellos pueden separarse para que la propagaci¢n de las ondas pudiera realizarse £nicamente por medio del campo magn‚tico, evitando el el‚ctrico culpable de corrientes sobre los materiales malos conductores que forman la materia geol¢gica, o los diel‚ctricos que se polarizan alternativamente al ritmo del campo el‚ctrico produciendo esa suerte de "frotamiento" molecular causante del calentamiento diel‚ctrico (que aprovechamos en los hornos de microondas). Despu‚s de todo la antena sigm tica a menudo se la presenta como un lazo cerrado que hace pensar en una antena del tipo magn‚tica como la de cuadro o la delta.
Sin embargo la genialidad de James Maxwell intuy¢ una fundamental simetr¡a de la naturaleza. Mi tocayo Faraday hab¡a descubierto que un campo magn‚tico cambiante produce un campo el‚ctrico, poco despu‚s James dedujo que "un campo magn‚tico cambiante producir  siempre un campo el‚ctrico", entonces, ­la producci¢n/existencia del campo el‚ctrico es inevitable cuando hay un campo magn‚tico variable!. Es una ley natural que devuelve las cosas a foja cero ­porque no puede existir un campo variable exclusivamente magn‚tico! (y cualquier f¡sico apostar  su vida por este principio)
Entonces, si la se¤al no puede propagarse por un medio con p‚rdidas sin disiparse en forma de calor, ¨ser  posible que la sigm tica de alg£n modo funcione a pesar de todo?, porque finalmente la propagaci¢n de ondas de radio a trav‚s de la tierra ¨acaso no rigen las mismas leyes generales que en la propagaci¢n a trav‚s de otros medios y puede analizarse con similares herramientas f¡sico-matem ticas, conociendo su conductividad, permitividad, permeabilidad, etc.?
 Bendita imperfecci¢n...
Recordemos que la antena est  enterrada, pero no "muy enterrada", algunos dir n que medio metro o algo as¡ es buena profundidad. La pregunta es: ¨a medio metro de profundidad una antena est  realmente enterrada?, ¨Est  "a tierra"?, aun as¡, ¨qu‚ significa "estar a tierra", ¨implica que no puede haber trasmisi¢n?
Veamos la primera cuesti¢n: La materia que compone la tierra real tiene propiedades medibles, por ejemplo hay tablas con su resistividad medida en ohms-metro y su coeficiente diel‚ctrico (a veces encontrar  su conductividad (en siemens/metro = 1/resistividad en ohms.m). Por ejemplo:
Terreno o material	Resistividad	Constante diel‚ctrica
Rocoso	5 kiloohm.m - 20 kiloohm.m	3
Agua dulce, r¡os	1000 ohm.m	80
Jardines	80 ohm.m	15
Agua de mar	0,22 ohm.m	81
Cobre	0,0000000170 ohm.m	-
Observamos en la tabla que la resistividad var¡a mucho entre los diferentes suelos, por tanto tambi‚n lo har n las p‚rdidas por efecto Joule (calentamiento) en diferentes lugares geogr ficos. Tambi‚n var¡a mucho la constante diel‚ctrica con lo cual las p‚rdidas diel‚ctricas tambi‚n ser n diferentes.
Afortunadamente la capacidad de las ondas electromagn‚ticas para penetrar el suelo se conoce desde los comienzos de la radio... As¡ es, hace tiempo que los cient¡ficos, investigadores e ingenieros se ocuparon de estudiar qu‚ sucede con la propagaci¢n de las ondas en el interior de los s¢lidos...
Por ejemplo, una radiaci¢n electromagn‚tica en 3,5 MHz, en un suelo f‚rtil como el de un jard¡n es capaz de penetrar hasta unos 2,7 m de profundidad (imaginando para el ejemplo que las caracter¡sticas del suelo son similares a lo largo de las profundidades consideradas), la penetraci¢n est  dada por el conocido efecto Kelvin o "efecto pelicular" que se produce en los conductores (aunque sean "malos" conductores, como la tierra), a esa distancia se produce una atenuaci¢n del orden del 63 %; convencionalmente consideramos que a cinco veces esta distancia (13,5 m) la energ¡a se disip¢ totalmente.
Empleando las mismas ecuaciones hallamos que la penetraci¢n, para la misma frecuencia en el cobre es apenas 0,041 mm y a cinco veces esa distancia (0,2 mm) la se¤al es despreciable y no llega m s all  (la atenuaci¢n es 37,5 dB).
La penetraci¢n en el cobre es mucho menor porque su resistividad tambi‚n lo es, ­unas cinco millones de veces menor...! Esta propiedad se aprovecha, como sabemos, para utilizarlo como material de blindaje para la radiofrecuencia pero tambi‚n puede emplearse la tierra (o la roca si se quiere) !Ambos son blindajes y por las mismas razones­. es solo que para blindar un cierto campo para el que por ejemplo se precisan aproximadamente unos 0,2 mm de cobre, lograrlo con tierra f‚rtil har n falta unos 13,5 m de espesor, pero en ambos casos se conseguir  igualmente una efectiva atenuaci¢n de unos 37 dB...
Por lo visto, aunque nuestra antena subterr nea "parezca" estar muy bien enterrada o inmersa electromagn‚ticamente en el material s¢lido, resulta que a medio metro de profundidad apenas si est  "a flor de tierra", ­y por eso puede escapar abundante radiaci¢n hacia fuera de la tierra que se propagar  normalmente por onda espacial! (y tambi‚n por onda terrestre, con las limitaciones habituales de esta forma). Eso explica porqu‚ la antena "funciona" (y bien seg£n la experiencia de mi viejo amigo).
Si calcul ramos la penetraci¢n en un terreno rocoso, encontrar¡amos que es del orden de los noventa metros y la considerar¡amos convencionalmente nula reci‚n a 400 metros de profundidad, no es de extra¤ar entonces que en esta clase de suelos -que pr cticamente son aisladores de bajas p‚rdidas como la mica- una antena a medio metro de profundidad en realidad funcionar , ­y tal vez mejor que un dipolo a tres o cuatro metros de altura sobre un terreno h£medo! dando as¡ origen a varias de las leyendas que probablemente o¡mos acerca de la propagaci¢n sigm tica...
Tambi‚n conviene recordar que las reflexiones en tierra (o agua) que dan lugar al diagrama de radiaci¢n vertical de las antenas, igual que las responsables de los reflejos devueltos hacia la ionosfera permitiendo las comunicaciones a larga distancia, se deben a corrientes inducidas en ella por la excitaci¢n electromagn‚tica, de donde se entiende que produciendo por cualquier m‚todo corrientes de conducci¢n y desplazamiento en el terreno tambi‚n producir  radiaci¢n por lo que adem s del campo directamente producido por las corrientes en el alambrado de esa antena hay que considerar el generado por dichas corrientes.
­Cuidado con las conclusiones!
Puesto que en general los aficionados a la radiot‚cnica no estamos entrenados en la investigaci¢n cient¡fica tenemos cierto y provisorio derecho a que se nos perdonen errores de concepto, imprecisiones y dem s, pero de all¡ suponer que los especialistas no entienden cosas que son evidentes para nosotros hay gran distancia, exactamente la que separa la comprensi¢n de la tonter¡a...
Recordemos el ejemplo citado en el cual trat bamos de hacer llegar una peque¤¡sima se¤al al el extremo remoto de un coaxil de escasos 2 km de longitud; vimos que para conseguirlo se precisaba en la entrada una potencia inmensa, imposible de introducir en el cable sin desintegrarlo instant neamente.
Supongamos por un momento que habiendo inyectado sobre ‚l una potencia de solo 500 W escuchemos bien la se¤al en un handy conectado a la otra punta, naturalmente estar¡amos tentados a concluir que 500 W alcanzan para lograr ese objetivo. Entonces un buen d¡a, mientras estamos contando esa experiencia en una rueda de radio se presenta un colega m s entendido y nos explica que algo debi¢ andar mal con la pruebita, porque la teor¡a indica que hacen falta ­dos mil veces m s potencia para arribar a ese resultado!.
Si uno es inteligente, juicioso y reflexivo solicitar  datos y explicaciones adicionales y considerar  el problema m s exhaustivamente, pero si resulta que uno es un boc¢n-mentecato-incorregible no resistir  un minuto la tentaci¢n de proclamar que ­eso es nada m s que teor¡a! ­que la pr ctica demuestra lo contrario! y que los cient¡ficos deben de estar equivocados, todo eso ­porque una vez algunos creyeron (y con buenas razones) que los objetos m s pesados que el aire no pod¡an volar...!
Resumiendo...
Para ilustrar muy toscamente la situaci¢n, podemos imaginar la antena sigm tica como una luminaria empotrada en un piso hecho de una sustancia parcialmente transparente o traslucida que deja escapar parte de su luz hacia afuera mientras otra parte es absorbida r pidamente a medida que viaja hacia abajo y lateralmente por el material. Adem s:
No afirmamos que una antena enterrada no funcione porque sabemos que si lo hace y tambi‚n puede demostrarse con la teor¡a convencional que debe hacerlo.


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