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LW1EAA > TODOS    09.02.19 18:17l 61 Lines 8297 Bytes #999 (0) @ LUAX25
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Tratar de conocer lo mejor posible los hitos m s destacados y algunos de los nombres que sobresalieron en el inicio de la Radioafici¢n Argentina, creo que es casi una obligaci¢n para quienes cultivamos este hermoso hobby-ciencia.
Con este criterio tratar‚ de brindar en la presente nota, un panorama general sin profundizar en cada uno de los temas lo cual requerir¡a mucho m s espacio.
Sin dudas la misma comenz¢ en muy peque¤a escala, fundamentalmente con experiencias de laboratorio que se realizaron a fines del siglo XIX y principios del XX.
El eminente f¡sico e ingeniero Teobaldo J. Ricaldoni en su libro "Apuntes de F¡sica", editado en 1898, con texto aprobado por el Ministerio de Instrucci¢n P£blica, por Decreto del 28 de Enero del mismo a¤o, detalla en la p gina 679 el "Tel‚grafo sin hilos" de Marconi, "utilizando las vibraciones de Hertz". El transmisor era una bobina de inducci¢n o carrete de Ruhmkorff con un explosor o chispero. El receptor, un cohesor que hac¡a de detector y cerraba un circuito local con una especie de relevador o sounder.
Ricaldoni verific¢ estas experiencias y hasta perfeccion¢ el cohesor fabricando uno con limaduras de bismuto, aprovechando su bajo punto de fusi¢n y aspecto cristalino que facilita la producci¢n de contactos imperfectos.
A principios del siglo XX aparecieron los primeros radioaficionados que experimentaban los £ltimos adelantos de la F¡sica, sus estaciones carec¡an de se¤al distintiva oficial -faltaban algunos a¤os todav¡a para el otorgamiento de las primeras autorizaciones-.


Por ese entonces se denominaban estaciones experimentales y por lo general adoptaban un nombre elegido por si mismos, a veces el de la calle en que se encontraban ubicados.
Mario Pedro Arata (posteriormente LU9AL) a la saz¢n experimental "Urania" se comunic¢ en 1907 con Teobaldo Ricaldoni, que estaba en su laboratorio del Colegio Nacional, utilizando ambos, equipos similares de chispa y cohesor, a una distancia de dos cuadras; la comunicaci¢n se establec¡a en base a una serie de rayas y puntos en intervalos de tiempo preestablecidos.


La Armada fue la primera instituci¢n argentina en volcarse a las telecomunicaciones sin hilos, en 1898 Ricaldoni construy¢ una estaci¢n radiotelegr fica que emplaz¢ en el taller de Marina de la D rsena Norte, en Buenos Aires.
Con el equipo de Ricaldoni se intercambiaron varios despachos a una distancia de 50 kil¢metros: la segunda estaci¢n hall base en el aviso Vigilante.
De los primeros operadores radiotelegrafistas, fueron los hermanos Evers que ya en 1908 comenzaron a estudiar el c¢digo Morse. Los comunicados que pudieron hacer para esa ‚poca eran muy "locales" a pocos metros, utilizando la famosa bobina de Ruhmkorff y un cohesor rudimentario.


Para la misma ‚poca varios colegios hac¡an experiencias de laboratorio con aparatos de telegraf¡a sin hilos: el Colegio San Jos‚ de la calle Azcu‚naga 164, de los hermanos Bayoeses, que instalaron una antena en el mirador con la que realiz¢ experiencias el Reverendo Padre Lamane, profesor de f¡sica. El colegio Del Salvador tambi‚n tuvo su estaci¢n a cargo del padre Senra, que us¢ el campanario para fijar un extremo de la antena.
Entre estos pioneros de la t‚cnica radioel‚ctrica figura el Ing. Teodoro Bellocq, que aplicando a la vida diaria sus conocimientos de radio instal¢ una estaci¢n completa en su casa de la Capital Federal, para comunicarse con su casa de fin de semana ubicada en San Isidro.


El Ing. Bellocq, respetuoso de las leyes y reglamentaciones que por aquel entonces reg¡an las comunicaciones inal mbricas, (llamadas telegraf¡a sin hilos), solicit¢ autorizaci¢n pertinente al Gobierno Nacional, el que el 15 de Octubre de 1913 expidi¢ el siguiente decreto:


"El Vicepresidente de la Naci¢n Argentina - DECRETA:

Art. 1§ -Autor¡zase a D. Teodoro M. Bellocq, para establecer dos estaciones corresponsales de radiotelegraf¡a, compuesta cada una de aparatos transmisores y receptores y sus correspondientes antenas, con las siguientes caracter¡sticas; bobina de inducci¢n de 15 mm de chispa; montaje de ond¡n; alcance m ximo de 50 Km; longitud de onda 150 m; energ¡a m xima empleada 300 watts; recepci¢n por inducci¢n por detectores electrol¡ticos y a cristales. Art. 2§ -Conc‚dese esta autorizaci¢n por el t‚rmino de seis meses, con la condici¢n que el uso de la misma no perturbar  el funcionamiento de las estaciones de servicio p£blico y sin perjuicio de la inspecci¢n oficial de los ensayos, cada vez que se juzgue oportuno.

Art. 3§ -Las estaciones de referencia se instalar n en esta Capital, Boulevard Callao N§ 1600 y en San Isidro, Quinta conocida con el nombre de "Valpara¡so"; si para ello se contase con el correspondiente permiso de los propietarios de dichos inmuebles.

Art. 4§ -Comun¡quese por nota a los Ministerios de Guerra y Marina, publ¡quese, d‚se al Registro Nacional, rep¢nganse los sellos y arch¡vese. PLAZA Indalecio G¢mez".


El art¡culo 4§ parec¡a se¤alar un exceso de precauci¢n con respecto a la defensa nacional, ya que se daba intervenci¢n por nota a los ministerios de Guerra y Marina.


Sin embargo, result¢ justificada, ya que pocos meses despu‚s de expedido este decreto, se declaraba la primera guerra mundial.
Reci‚n despu‚s de la finalizaci¢n de la misma, puede decirse que comienza la radiotelefon¡a de aficionados en la Argentina. Hasta entonces los transmisores eran de ondas amortiguadas cuya naturaleza no permit¡a la modulaci¢n. Para esto era imprescindible que la onda portadora fuera de amplitud constante, es decir sin decremento.
Los aparatos disponibles entonces produc¡an una onda en base a una descarga y no permit¡an efectuar transmisiones radiotelef¢nicas. Las empresas comerciales de la ‚poca ensayaron en primer lugar con alternadores de elevada frecuencia como el de Tesla y Feseden. Otro grupo de investigadores encabezados por Duddel y Pulsen llegaron a obtener oscilaciones de alta frecuencia de amplitud constante utilizando las propiedades del arco de carb¢n, que ard¡a en una atm¢sfera de hidr¢geno, usando para este fin alcohol que se dejaba caer por gotas en una c mara en la que debido a la elevada corriente en el arco, disminu¡da la temperatura, se volatilizaba.


El circuito transmisor con l mpara de arco constaba simplemente de un condensador y una bobina conectada en serie y que a su vez se colocaban en paralelo con el arco. El principio de funcionamiento se basaba en que al aumentar la corriente en el arco, disminu¡a la tensi¢n en los terminales del mismo, permitiendo la carga y descarga del condensador mencionado, que combinada con la inductancia serie, manten¡a el arco y produc¡a la descarga oscilante de alta frecuencia conforme a los valores LC del circuito.

Era f cil entonces acoplar a la inductancia una bobina de antena para transferir esta energ¡a al espacio. La modulaci¢n se lograba colocando un micr¢fono de carb¢n en serie con la antena o la toma de tierra. Se modula entonces variando la resistencia del circuito igual que un micr¢fono com£n en una l¡nea telef¢nica, aunque por supuesto con otra clase de corriente.


En esta primera etapa de la Radioafici¢n Argentina con ondas amortiguadas se destacaron entre otros los hermanos Evers, Federico Arl¡a y Juan Manuel Arechavala. Este £ltimo ya transmit¡a en 1916 en radiotelefon¡a por medio de chispa de alta frecuencia, llegando a comunicarse con La Plata.


La segunda etapa comienza con el advenimiento de la v lvula termoi¢nica, inventada por el Dr. Lee de Forest en los EE.UU. y que Arechavala ya empleaba desde 1917. Para esa ‚poca actuaban varios Radioaficionados entre los cuales se recuerda a Mart¡nez Seeber, Arl¡a, hermanos Evers, Ar‚valo, G¢mez, Aguirre, Mujica, Romero, Guerrico, etc., con licencias concedidas por el Ministerio de Marina que en aquel entonces ejerc¡a el contralor de las comunicaciones radiotelegr ficas.


El 21 de Octubre de 1921 se reuni¢ un calificado grupo de Radioaficionados que en Asamblea realizada en el sal¢n de actos del Diario La Prensa, fundaron el Radio Club Argentino, instituci¢n decana de la Radioafici¢n Argentina.

Bibliograf¡a:
Historia de las Comunicaciones Argentinas, Fundaci¢n Standard Electric Argentina
Historia de la Radioafici¢n Argentina, por Augusto E. Osorio, LU2AO


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